lunes, 30 de abril de 2012

Libro de Rut

Autor: El Libro de Rut no especifica el nombre de su autor. La tradición es que el Libro de Rut fue escrito por el profeta Samuel.
Fecha de su Escritura: La fecha exacta en que el Libro de Rut fue escrito es incierta. Sin embargo la postura prevalente es una fecha entre el 1011 y 931 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Rut fue escrito para los israelitas. Enseña que el amor genuino a veces puede requerir de gran sacrificio. Independientemente de nuestro lugar en la vida, podemos vivir de acuerdo a los preceptos de Dios. El amor y la bondad genuinos serán recompensados. Dios bendice abundantemente a aquellos que buscan vivir vidas obedientes. La vida de obediencia no permite “accidentes” en el plan de Dios. Dios extiende Su misericordia al misericordioso.
Versos Clave: “Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.” (Rut 1:16).
“Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.” (Rut 3:9).
“Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es el padre de Isaí, padre de David.” (Rut 4:17).
Breve Resumen: La trama del Libro de Ruth se inicia en el país pagano de Moab, una región al noroeste del Mar Muerto, pero después se transporta a Belén. Este relato verídico tiene lugar durante los tristes días del fracaso y rebelión de los israelitas, llamado el período de los Jueces. Una hambruna obliga a Elimelec y a su esposa Noemí, a emigrar de su hogar israelita al país de Moab. Elimelec muere y Noemí se queda con sus dos hijos, quienes pronto se casan con dos mujeres moabitas, Orfa y Rut. Más tarde ambos hijos mueren, y Noemí se queda sola con Orfa y Rut en una tierra extraña. Orfa regresa con sus padres, pero Rut determina quedarse con Noemí mientras viajan a Belén. Esta historia de amor y devoción cuenta el eventual matrimonio de Rut con un hombre rico llamado Booz, con quien ella tiene un hijo, Obed, quien se convierte en el abuelo de David y ancestro de Jesús. La obediencia lleva a Rut a formar parte del linaje de Cristo.
Referencias Proféticas: El tema más importante en el Libro de Rut es del pariente-redentor. Booz, un pariente de Rut por el lado de su esposo, actuó según su deber como se indica en la Ley Mosaica para redimir a un pariente pobre de sus circunstancias (Lev. 25:47-49). Este escenario es repetido por Cristo, quien nos redime de la pobreza espiritual y de la esclavitud del pecado. Nuestro Padre celestial envió a Su propio Hijo a la cruz, para que pudiéramos hacernos hijos de Dios y hermanos y hermanas en Cristo. Al ser nuestro Redentor, nos convertimos en Sus parientes.
Aplicación Práctica: La soberanía de nuestro Gran Dios es claramente apreciada en la historia de Rut. Él guió cada uno de sus pasos para hacerla Su hija y cumplir Su plan para convertirla en una antecesora de Jesucristo (Mateo 1:5). De la misma manera, nosotros tenemos la seguridad de que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Así como Noemí y Rut confiaron en Él para su provisión, también debemos hacerlo nosotros.
En Rut vemos un ejemplo de la mujer virtuosa de Proverbios 31. Además de ser devota a su familia (Rut 1:15-18; Proverbios 31:10-12) y depender fielmente de Dios (Rut 2:12; Proverbios 31:30), vemos en Rut a una mujer de sabias palabras. Sus palabras son amorosas, amables y respetuosas, tanto para con Noemí como para con Booz. La mujer virtuosa de Proverbios 31 “Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.” (v. 26). En la actualidad podríamos buscar a lo largo y a lo ancho a una mujer tan valiosa como para ser nuestro modelo a seguir como lo es Rut.

Arqueología Bíblica: Confirmacion de las Historias Biblicas.


La arqueología bíblica es la parte de la arqueología que se especializa en el estudio de los restos materiales que tienen relación directa o indirecta con los relatos bíblicos, sean estos del Antiguo (Tanaj) o del Nuevo Testamento, y con la historia y cosmogonía de las religiones judeocristianas. El lugar principal de esta parte de las ciencias arqueológicas es lo que en dichas religiones es denominado Tierra Santa, y desde la perspectiva occidental Medio Oriente. Si bien los elementos principales de la arqueología bíblica son referentes teológicos y religiosos en su mayoría, esta es una ciencia en toda su dimensión metodológica.

La razón de ser de la arqueología bíblica radica en que permite un conocimiento científico de los pueblos que habitaron las llamadas tierras bíblicas, su historia, su cultura, su identidad y sus desplazamientos, lo que hace posible una ubicación concreta de los relatos y confrontarlos con su historicidad. Hoy, en cambio, la arqueología no pretende probar las afirmaciones de la Biblia sino descubrir el mundo histórico en el cual los libros bíblicos tomaron consistencia y significado.

La arqueología bíblica como disciplina científica que se ocupa de la recuperación e investigación científica de los restos materiales de culturas pasadas, ha podido iluminar los periodos y descripciones de numerosos pasajes de la Biblia, en un amplio arco de tiempo que comprende entre el año 2000 antes de Cristo y el año 100 de la era cristiana.

Hallan la primera evidencia arqueológica de la existencia de la Belén bíblica.



Jerusalén- Arqueólogos israelíes han hallado en Jerusalén un sello de arcilla con la inscripción "Bat Lejem", que supone la primera evidencia arqueológica de la existencia de Belén durante el periodo en que aparece enunciada en la Biblia, informó hoy la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Se trata de una especie de esfera de arcilla que se usaba para sellar documentos u objetos, de 1,5 centímetros, desempolvada en las polémicas excavaciones del "Proyecto Ciudad de David", en el poblado palestino de Silwán, en el territorio ocupado de Jerusalén Este.

La pieza dataría de los siglos VII u VIII antes de Cristo, por lo que es medio milenio posterior a las Cartas de Amarna, una correspondencia, sobre todo diplomática, inscrita en lengua acadia sobre tablillas de arcilla entre la Administración del Egipto faraónico y los grandes reinos de la época o sus vasallos en la zona. Allí aparece mencionada por primera vez "Bit-Lahmi", en una misiva en la que el rey de Jerusalén pide ayuda al egipcio para reconquistarla.

El descubrimiento anunciado hoy remite a una época posterior, la del Primer Templo Judío (1006 - 586 a. C.), en la que aparece citada en el Antiguo Testamento como parte del reino de Judea.

"Es la primera vez que el nombre de Belén aparece fuera de la Biblia en una inscripción del período del Primer Templo, lo que prueba que Belén era una ciudad en el reino de Judea y posiblemente también en periodos anteriores", señaló el responsable de las excavaciones, Eli Shukron, en un comunicado.

A tenor de la inscripción, Shukron estima que "se envió un cargamento desde Belén al rey de Jerusalén en el séptimo año del reinado" de un monarca que no se especifica, pero que podría ser Ezequías, Manases o Josías.

La pieza (bulla) es del grupo de las "fiscales", es decir, sellos administrativos "usados para sellar cargamentos de impuestos que se enviaban al sistema fiscal del reino de Judea a finales de los siglos VII u VIII antes de Cristo", agrega el experto.

Pruebas de autenticidad de profecías de Jesús

 

La “Estela de Gabriel” (expuesta en la exposición “Verbum Domini” del Vaticano) sería una prueba importante de la autenticidad de las profecías sobre la resurrección.
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Habla el biblista y escritor Simone Venturini, que trabaja en el Archivo Secreto Vaticano y es profesor de Ciencias Bíblicas en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. Es autor, entre otros muchos, del “Libro secreto de Jesús” (Newton Compton).

Profesor, ¿qué es la Estela de Gabriel expuesta en la muestra “Verbum Domini”?

Se trata de un extraordinario descubrimiento arqueológico del año 2000, encontrado en la zona oriental del Mar Muerto, en cuya orilla occidental fueron encontrados hace más de 50 años los famosos manuscritos de Qumrán. La compró el doctor David Jeselsohn, banquero de Zúrich, que la incluyó en su preciosa colección de textos antiguos. Se trata de una estela de 93 cm. De altura y 37 de ancho, en la que se encuentran inscritas dos columnas de texto en lengua aramea. Los estudiosos la fechan entre el siglo I a.C y el siglo I d.C. El texto, compuesto por 87 líneas. La llaman “Revelación de Gabriel” o “Estela de Jeselsohn”, del nombre de su descubridor.

¿Cuál es el contenido?

En la primera columna se habla de la guerra escatológica. Cuando Jerusalén se encuentre bajo asedio, Dios mandará una señal mediante su Mesías, en la que se anuncia la aniquilación del Anticristo y de las fuerzas del mal. En la segunda columna, Dios declara que la sangre de los mártires será el instrumento que les permitirá ascender al cielo. También se habla de “líderes” enviados por Dios y que morirán en una batalla. Al final, el ángel Gabriel ordena a su interlocutor que vuelva a la vida.

¿Por qué la “Estela de Gabriel” puede considerarse como una prueba importante de la autenticidad de las profecías de Jesús sobre la resurección?

Entre las líneas 80 y 81 de la segunda columna, el arcángel Gabriel dirige a su interlocutor las siguientes palabras: «Cuando pasen tres días, vive; yo Gabriel te ordeno, príncipe de príncipes, estiércol en las grietas de las rocas». Ahora bien, según Israel Knhol (que ha estudiado con profundidad esta estela), el «príncipe de príncipes» sería Simón, uno de aquellos revolucionarios que, tras la muerte de Herodes, reclamaron la independencia de Israel para su pueblo. Según el testimonio de Flavio Josefo (“Guerra Giudaica”, 2, 4, 2), Simón murió mientras se encontraba en borde de un precipicio. Probablemente su cuerpo habrá acabado entre las rocas del risco y allí se habrá putrefacto. En la “Estela de Jeselsohn”, Gabriel se dirigiría a este revolucionario, anunciándole que habría vuelto a la vida pasados tres días».

¿Qué dicen al respecto los Evangelios?

En el Evangelio de Mateo (27, 63), los fariseos recuerdan a Pilatos que Jesús, «cuando aún vivía, dijo: “A los tres días resucitaré”». No es difícil darse cuenta de la semejanza entre las palabras de la estela y las de Jesús. La única diferencia es que en la estela sería el arcángel Gabriel el que habría hecho el anuncio, mientras que en el Evangelio Jesús las aplica a sí mismo. La estela, por ello, representaría una prueba de importancia excepcional para la historicidad de las profecías de Jesús, en particular la de su muerte y resurrección. Estas no harbían podido ser fruto de reelaboraciones de los primeros cristianos, puesto que en el ambiente contemporáneo de Jesús ya existía una formulación muy parecida a la que Jesús aplicó a sí mismo, con respecto a su resurrección pasados tres días.

¿Cuál es la relación entre la arqueología y la fe?

La fe, obviamente, es una actitud interior que representa el fruto de una decisión por parte del hombre. Sin embargo, la consciencia de que los Evangelios narran la historia de un hombre que no solo murió, sino que también resucitó verdaderamente, puede constituir, sin duda, un preámbulo sólido y eficaz. En este sentido, la arqueología es la ciencia que, mucho más que cualquier otra, puede ayudar a situar los Evangelios y sus personajes en el ambiente histórico en el que nacieron y vivieron. 

En general, ¿los descubrimientos arqueológicos confirman o desmienten la fe?

Los descubrimientos arqueológicos que se encontraron y que siguen surgiendo en Palestina son indicios preciosos que confirman la historicidad de los hechos narrados en los Evangelios. Pensemos, por ejemplo, en los restos de la casa de Pedro en Cafarnaúm, perfectamente visibles a través del vidrio que se encuentra dentro de la Iglesia ictogonal, uno de los lugares en los que casi seguramente estuvo Jesús (cfr. Marco, 1, 29-31). O bien, en Jerusalén, en la Basílica del Santo Sepulcro, que se encuentra en el área del Gólgota en donde Jesús murió y fue sepultado, y en donde todavía es posible admirar algunas tumbas muy parecidas a la de Jesús. Los descubrimientos (como la “Estela Jeselsohn”) que contienen inscripciones o textos de carácter religioso son particularmente importantes y pueden ponernos en contacto directo con el ambiente cultural y lingüístico en medio del que vivió y predicó Jesús de Nazaret.

Libro 1 de Samuel

Autor: El autor es anónimo. Sabemos que Samuel escribió un libro (1 Samuel 10:25), y es muy probable que él también escribiera parte de este libro. Otros posibles contribuyentes a 1 Samuel son los profetas/historiadores Natán y Gad (1 Crónicas 29:29).
Fecha de su Escritura: Originalmente, los libros 1 y 2 Samuel eran un solo libro. Los traductores de la Septuaginta los separaron, y nosotros hemos conservado desde entonces esta división. Los eventos de 1 Samuel abarcan aproximadamente 100 años, desde el 1100 a.C., hasta el 1000 a.C. Los eventos de 2 Samuel, cubren otros 40 años. La fecha de su escritura entonces, seria en algún período posterior al 960 a.C.
Propósito de la Escritura: Primera de Samuel registra la historia de Israel en la tierra de Canaán, durante la transición de ser gobernados por jueces a convertirse en una nación unificada bajo el gobierno de reyes. Samuel emerge como el último juez, y él unge a los dos primeros reyes, Saúl y David.
Versos Clave: “Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.”(1 Samuel 8:6-7)
“Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.”(1 Samuel 13:13-14).
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.” (1 Samuel 15:22-23)
Breve Resumen: El libro de 1 Samuel puede ser claramente dividido en dos secciones: la vida de Samuel (capítulos 1-12) y la vida de Saúl (capítulos 13-31). El libro comienza con el milagroso nacimiento de Samuel en respuesta a la ferviente oración de su madre. Cuando niño, Samuel vivió y sirvió en el templo. Dios lo eligió como profeta (3:19-21), y la primer profecía del niño fue un juicio sobre sacerdotes corruptos.
Los israelitas van a la guerra con sus eternos enemigos, los filisteos. Los filisteos capturan el arca del pacto y se adueñan de ella temporalmente, pero cuando el Señor envía Su juicio, los filisteos regresan el arca. Samuel llama a Israel al arrepentimiento (7:3-6) y luego a la victoria sobre los filisteos.
El pueblo de Israel, queriendo ser como las otras naciones, desean un rey. Samuel se disgusta por sus demandas, pero el Señor le dice que no es el liderazgo de Samuel el que están rechazando, sino el Suyo. Después de advertirle a la gente lo que significaría tener un rey, Samuel unge a un benjamita llamado Saúl, quien es coronado en Mizpa (10:17-25).
Saúl disfruta del éxito inicial, derrotando a los amonitas en batalla (capítulo 11); pero entonces él comete una serie de errores: obstinadamente, él ofrece un sacrificio (capítulo 13), hace un inconsciente voto a expensas de su hijo Jonatan (capítulo 14), y desobedece las órdenes directas del Señor (capítulo 15). Como resultado de la rebelión de Saúl, Dios elige a otro para que tome su lugar. Mientras tanto, Dios retira la bendición de Saúl y un espíritu maligno comienza a atormentarlo, llevándolo hacia la locura (16:14).
Samuel viaja a Belén para ungir a un joven llamado David como el siguiente rey (capítulo 16). Más tarde, David tiene su famosa confrontación con Goliat el filisteo, y se convierte en un héroe nacional (capítulo 17). David sirve en la corte de Saúl, casándose con su hija y entablando amistad con su hijo Jonatan. Saúl comienza a desarrollar un creciente sentimiento de celos por el éxito y la popularidad de David, e intenta matarlo. David huye, y así se inicia un extraordinario período de aventuras, intrigas y romance. Con ayuda sobrenatural, David consistentemente apenas logra evadir la encarnizada persecución de Saúl (capítulos 19-26). A través de todo esto, David mantiene su integridad y su amistad con Jonatan.
Referencias Proféticas: La oración de Ana en 1 Samuel 2:1-10 hace varias referencias proféticas de Cristo. Ella ensalza a Dios como su Roca (v.2), y sabemos por lo que nos dice el evangelio, que Jesús es la Roca sobre la que debemos construir nuestras casas espirituales. Pablo se refiere a Jesús como la “piedra de tropiezo” para los judíos (Romanos 9:33). Cristo es llamado la “Roca espiritual” que proveyó la bebida espiritual de los israelitas en el desierto, al igual que Él provee el “agua viva” para nuestras almas (1 Corintios 10:4; Juan 4:10). La oración de Ana también hace referencia al Señor que juzgará los confines de la tierra (v.2:10), mientras que Mateo 25:31-32 se refiere a Jesús como el Hijo del Hombre quien vendrá en gloria a juzgar a todos.
Aplicación Práctica: La trágica historia de Saúl es un estudio sobre la oportunidad desperdiciada. Aquí estaba un hombre que lo tenía todo – honor, autoridad, riquezas, buena apariencia, y más. Sin embargo murió en la desesperación, aterrado por sus enemigos y sabiendo que le había fallado a su nación, su familia, y a su Dios.
Saúl cometió el error de pensar que podía complacer a Dios a través de la desobediencia. Como muchos en la actualidad, él creyó que un motivo razonable compensaría un mal comportamiento. Tal vez el poder se le subió a la cabeza, y comenzó a creer que él estaba por sobre las reglas. De alguna manera él desarrolló una baja opinión de los mandatos de Dios y una alta opinión de él mismo. Aún cuando fue confrontado con su mal comportamiento, él intentó vindicarse a sí mismo, y fue entonces cuando Dios lo rechazó (15:16-28).
El problema de Saúl es uno que todos enfrentamos – un problema del corazón. La obediencia a la voluntad de Dios es absolutamente necesaria para el éxito, y si movidos por el orgullo nos rebelamos contra Él, nos exponemos a la pérdida.
Por otra parte, David parecía no ser mucho al principio. Aún Samuel estuvo tentado a ignorarlo (16:6-7). Pero Dios ve el corazón y Él vio en David a un hombre conforme a Su corazón (13:14). La humildad e integridad de David, aunada a su celo por el Señor y su compromiso con la oración, establecen un buen ejemplo para todos nosotros.

Libro 2 de Samuel

Autor: El libro de 2 de Samuel no identifica a su autor. No pudo haber sido el profeta Samuel, puesto que él murió en 1 de Samuel. Los posibles escritores incluyen a Natán y Gad (ver 1 de Crónicas 29:29).
Fecha de su Escritura: Originalmente los libros de 1 y 2 de Samuel eran un solo libro. Los traductores de la Septuaginta los separaron, y nosotros hemos mantenido esa separación desde entonces. Los eventos de 1 de Samuel abarcan aproximadamente 100 años, del 1100 a.C. a 1000 a.C. Los eventos de 2 de Samuel cubren otros 40 años. Entonces, la fecha de su escritura sería en algún tiempo posterior al 960 a.C.
Propósito de la Escritura: 2 Samuel es el registro del reinado del rey David. Este libro coloca al Pacto Davídico en su contexto histórico.
Versos Clave: 2 Samuel 7:16 “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.”
2 Samuel 19:4 “Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío!”
2 Samuel 22:2-4 “Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mi enemigos.”
Breve Resumen: El libro de 2 Samuel puede ser dividido en dos secciones principales – Los triunfos de David (capítulos 1-10), y los problemas de David (capítulos 11-20). Esta última parte del libro (capítulos 21-24) es un apéndice no cronológico, que contiene detalles posteriores del reinado de David.
El libro comienza con David recibiendo las noticias de la muerte de Saúl y sus hijos. Él proclama un tiempo de duelo. En seguida, David es coronado rey sobre Judá, mientras que Is-boset es asesinado, y los israelitas le piden a David que reine sobre ellos también (capítulos 4-5).
David muda la capital del país de Hebrón a Jerusalén y más tarde transporta el Arca del Pacto (capítulos 5-6). El plan de David de construir un templo en Jerusalén es vetado por Dios, quien entonces le promete a David las siguientes cosas: 1) David tendría un hijo que gobernaría después de él; 2) El hijo de David construiría el templo; 3) el trono ocupado por el linaje de David sería establecido para siempre; y 4) Dios jamás apartaría Su misericordia de la casa de su casa (2 Samuel 7:4-16).
David conduce a Israel a la victoria sobre muchas naciones enemigas, las cuales se les rindieron. Él también muestra su bondad con la familia de Jonatán al aceptar y retribuir a Mefi-boset, el hijo lisiado de Jonatán (capítulos 8-10).
Entonces David cae. Él codicia a una hermosa mujer llamada Betsabé, comete adulterio con ella, y luego manda matar a su esposo (capítulo 11). Cuando Natán el profeta confronta a David con su pecado, David lo confiesa, y Dios en Su gracia lo perdona. Sin embargo, el Señor le dice a David que los problemas surgirían desde dentro de su propia casa.
El problema viene cuando el hijo primogénito de David, Amnón, viola a su media hermana, Tamar. En represalia, Absalón el hermano de Tamar, mata a Amnón. Absalón entonces huye de Jerusalén en vez de enfrentar la ira de su padre. Más tarde, Absalón encabeza una revuelta contra David, y algunos de los colaboradores más allegados a David, se unen a la rebelión (capítulos 15-16). David es forzado a salir de Jerusalén, y Absalón se establece él mismo como rey por corto tiempo. Sin embargo el usurpador es derrocado, y –contra los deseos de David—es muerto. David llora a su hijo caído.
Un clima generalizado de inquietud impregna el resto del reinado de David. Los hombres de Israel amenazan con separarse de Judá, y David debe sofocar otra insurrección (capítulo 20).
El apéndice del libro incluye información concerniente a tres años de hambre en la tierra (capítulo 21), una canción de David (capítulo 22), un registro de las hazañas de los guerreros más valientes de David (capítulo 23), y el pecaminoso censo de David y la consiguiente plaga (capítulo 24).
Referencias Proféticas: El Señor Jesucristo es visto principalmente en dos partes de 2 Samuel. Primero, en el Pacto Davídico como se indica en 2 Samuel 7:16: “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.” Y reiterado en Lucas 1:32-33 en las palabras del ángel que apareció a María para anunciarle el nacimiento de Jesús: “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” Cristo es el cumplimiento del Pacto Davídico: Él es el Hijo de Dios en la línea de David quien reinará para siempre.
Segundo, Jesús es visto en la canción de David al final de su vida (2 Samuel 22:2-51). Él canta de su roca, fortaleza y libertador, su refugio y salvador. Jesús es nuestra Roca (1 Corintios 10:4; 1 Pedro 2:7-9), el Libertador de Israel (Romanos 11:25-27), el fortísimo consuelo de “los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.” (Hebreos 6:18), y nuestro único Salvador (Lucas 2:11; 2 Timoteo 1:10).
Aplicación Práctica: Cualquiera puede caer. Aún un hombre como David, quien realmente deseaba seguir a Dios y quien fue ricamente bendecido por Dios, fue susceptible a la tentación. El pecado de David con Betsabé debe ser una advertencia a todos nosotros para guardar nuestro corazón, nuestros ojos y nuestra mente. El orgullo sobre la madurez espiritual y nuestra habilidad para resistir la tentación en nuestra propia fuerza, es el primer paso hacia la caída (1 Corintios 10:12).
Dios es clemente para perdonar aún los pecados más atroces cuando verdaderamente nos arrepentimos. Sin embargo, el curar la herida causada por el pecado no siempre borra la cicatriz. El pecado tiene consecuencias naturales, y aún después de que él fue perdonado, David segó lo que había sembrado. Su hijo nacido de la unión ilícita con la esposa de otro hombre, le fue quitado de él (2 Samuel 12:14-24) y David sufrió la miseria de una ruptura en su amada relación con su Padre celestial (Salmos 32 y 51). ¡Cuánto mejor es evitar pecar en primer lugar, en vez de tener que buscar después el perdón!

Libro 1 de Reyes


Autor: El libro de 1 de Reyes no especifica el nombre de su autor. La tradición es que fue escrito por el profeta Jeremías.
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 de Reyes fue escrito probablemente entre el 560 y 540 a.C.
Propósito de la Escritura: Este libro es la secuela de 1 y 2 de Samuel y comienza por seguir la secuencia del surgimiento del reinado de Salomón después de la muerte de David. La historia comienza con un reino unido, pero termina con una nación dividida en 2 reinos, conocidos como Judá e Israel.
Versos Clave: 1 Reyes 1:30, “que como yo te he jurado por Jehová Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy.”
1 Reyes 9:3 “Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.”
1 Reyes 12:16 “Cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Provee ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue a sus tiendas.”
1 Reyes 12:28 “Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto.”
1 Reyes 17:1 “Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.”
Breve Resumen: El Libro de 1 de Reyes comienza con Salomón y termina con Elías. La diferencia entre los dos nos da una idea de lo que sucede en medio. Salomón nació después de un escándalo en palacio entre David y Betsabé. Como su padre, él tenía una debilidad por las mujeres que lo llevaría al fracaso. Salomón lo hizo bien al principio, orando por sabiduría y construyendo un templo a Dios que le tomó siete años. Pero luego pasó 13 años construyendo un palacio para él mismo. Su acumulación de muchas esposas lo condujo a adorar a sus ídolos y alejarlo de Dios. Después de la muerte de Salomón, Israel fue gobernado por una serie de reyes, muchos de los cuales fueron impíos e idólatras. Esto, como consecuencia, alejó a la nación de Dios y ni aún la predicación de Elías pudo traerlos de regreso a Él. Entre los reyes más malvados estaban Acab y su reina Jezabel, quienes llevaron la adoración a Baal a nueva altura en Israel. Elías trató de llevar a los israelitas de regreso a la adoración de Jehová, aún desafiando a los sacerdotes idolatras de Baal a confrontarse con Dios en el Monte Carmelo. Desde luego Dios ganó. Esto hizo que la reina Jezabel se enojara (por decir poco) tanto, que ordenó la muerte de Elías, quien huyó y se escondió en el desierto. Deprimido y exhausto, le dijo a Dios: “déjame morir.” Pero Dios le envió comida y ánimo al profeta y le habló en un “suave murmullo,” y en el proceso salvó su vida para la obra aún por hacer.
Referencias Proféticas: El templo de Jerusalén, don de el Espíritu de Dios habitaría en el lugar Santísimo, prefigura a los creyentes en Cristo en los cuales reside el Espíritu Santo desde el momento de nuestra salvación. Al igual que los israelitas que habían abandonado la idolatría, así también debemos apartarnos de cualquier cosa que nos separe de Dios. Somos Su pueblo, el templo mismo del Dios vivo. Segunda de Corintios 6:16 nos dice, “¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.”
El profeta Elías fue el precursor de Cristo y los Apóstoles del Nuevo Testamento. Dios le permitió a Elías hacer cosas milagrosas a fin de probar que él realmente era un hombre de Dios. Él resucitó de la muerte al hijo de la viuda de Sarepta causando que ella exclamara – “Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca.” De la misma manera, son evidentes en el Nuevo Testamento los hombres de Dios que hablaron Sus palabras a través de Su poder. Jesús no solo levantó a Lázaro de entre los muertos, sino que también resucitó al hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:14-15) y a la hija de Jairo (Lucas 8:52-56). El apóstol Pedro resucitó a Dorcas (Hechos 9:40) y Pablo resucitó a Eutico (Hechos 20:9-12).
Aplicación Práctica: El Libro de 1 Reyes tiene muchas lecciones para los creyentes. Vemos una advertencia acerca de las compañías que debemos mantener y especialmente en lo relativo a la estrecha relación con las asociaciones y el matrimonio. Los reyes de Israel quienes, como Salomón, se casaron con mujeres extranjeras, se expusieron a sí mismos y a la gente que gobernaban a la maldad. Como creyentes en Cristo, debemos ser muy cuidadosos de a quien elegimos como amigos, socios de negocios y esposas. “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” (1 Corintios 15:33).
La experiencia de Elías en el desierto también nos enseña una valiosa lección. Después de su increíble victoria sobre los 450 profetas de Baal en el Monte Carmelo, el gozo se tornó en sufrimiento cuando fue perseguido por Jezabel y tuvo que huir por su vida. Tales experiencias “en lo alto de la montaña” son con frecuencia seguidas por la decepción, la depresión y el desaliento que puede venir después. Debemos mantenernos en guardia para este tipo de experiencias en la vida cristiana. Pero nuestro Dios es fiel y jamás nos dejará ni nos desamparará. El quieto y suave murmullo que animó a Elías nos animará a nosotros también.

Video animado sobre el Profeta Elias de acuerdo a lo tratado en el Libro 1 de Reyes.

El Libro de 1 de Reyes comienza con Salomón y termina con Elías.
Después de la muerte de Salomón, Israel fue gobernado por una serie de reyes, muchos de los cuales fueron impíos e idólatras. Esto, como consecuencia, alejó a la nación de Dios y ni aún la predicación de Elías pudo traerlos de regreso a Él. Entre los reyes más malvados estaban Acab y su reina Jezabel, quienes llevaron la adoración a Baal a nueva altura en Israel. Elías trató de llevar a los israelitas de regreso a la adoración de Jehová, aún desafiando a los sacerdotes idolatras de Baal a confrontarse con Dios en el Monte Carmelo. Desde luego Dios ganó. 

Este video animado complementa lo descrito en el resumen expositivo del Libro 1 de Reyes, en lo relacionado al Profeta Elías. 

Libro 2 de Reyes



Autor: El libro de 2 de Reyes no nombra a su autor. La tradición es que el profeta Jeremías fue el autor de 1 y 2 de Reyes.

Fecha de su Escritura: El Libro de 2 de Reyes, así como 1 Reyes, fueron escritos probablemente entre el 560 y el 540 a.C.

Propósito de la Escritura: El Libro de 2 de Reyes, es una secuencia del Libro de 1 de Reyes. Continúa la historia de los reyes sobre el reino dividido (Israel y Judá). El Libro de 2 de Reyes concluye con el derrocamiento y deportación del pueblo de Israel y Judá a Asiria y Babilonia respectivamente.

Versos Clave: 2 Reyes 17:7-8 “Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos, y anduvieron en los estatutos de las naciones que Jehová había lanzado de delante de los hijos de Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes de Israel”

2 Reyes 22:1ª-2 “Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y un años. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda.”

2 Reyes 24:2 “Pero Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, tropas de sirios, tropas de moabitas y tropas de amonitas, los cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los profetas.”

2 Reyes 8:19 “Con todo eso, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a David su siervo, porque había prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.”

Breve Resumen: En Segunda de Reyes, a pesar de la caída y la división del reino, los profetas continúan advirtiendo al pueblo que el juicio de Dios está por llegar, pero ellos no se arrepentían. El reino de Israel es repetidamente gobernado por reyes impíos, y aunque unos pocos de los reyes de Judá son buenos, la mayoría de ellos alejan al pueblo de la adoración a Jehová. Estos pocos buenos gobernantes, junto con Elías y otros profetas, no pueden frenar la decadencia de la nación. El reino del norte de Israel es eventualmente destruido por los asirios, y cerca de 136 años después, el reino del sur de Judá es destruido por los babilonios.

Hay tres temas prominentes presentes en el Libro de 2 de Reyes. Primero, el Señor juzga a Su pueblo cuando ellos desobedecen y le dan la espalda. La infidelidad de los israelitas se reflejaba en la maldad de la idolatría de los reyes, y como resultado, Dios ejercita Su justa ira contra su rebelión. Segundo, la palabra de los verdaderos profetas de Dios siempre se cumple. Puesto que el Señor siempre guarda Su palabra, también las palabras de Sus profetas son siempre verdaderas. Tercero, el Señor es fiel. Él recordó Su promesa hecha a David (2 Samuel 7:10-13) y, a pesar de la desobediencia del pueblo y la maldad de quienes los gobernaban, el Señor no exterminó a la familia de David.

Referencias Proféticas: Jesús utilizó las historias de la viuda de Serepta de 1 de Reyes y de Naamán en 2 de Reyes, para ilustrar la gran verdad de la compasión de Dios hacia aquellos a quienes los judíos juzgaban indignos de la gracia de Dios – los pobres, los débiles, los oprimidos, los cobradores de impuestos, los samaritanos y los gentiles. Al citar los ejemplos de la viuda pobre y de un leproso, Jesús se mostró a Sí Mismo como el Gran Médico, quien sana y ministra a aquellos en gran necesidad de la divina gracia soberana. Esta misma verdad fue la base del misterio del cuerpo de Cristo, Su Iglesia, la cual procedería de todos los niveles sociales, hombres y mujeres, ricos y pobres, judíos y gentiles (Efesios 3:1-6).

Muchos de los milagros de Elías prefiguraron aquellos del mismo Jesús. Elías resucitó al hijo de la mujer sunamita (2 Reyes 4:34-35), sanó la lepra de Naamán (2 Reyes 5:1-19), y multiplicó los panes para alimentar a cien hombres y aún sobró (2 Reyes 4:42-44).

Aplicación Práctica: Dios aborrece el pecado y Él no permitirá que continúe indefinidamente. Si nosotros le pertenecemos a Él, podemos esperar Su disciplina cuando le desobedecemos. Un Padre amoroso corrige a Sus hijos para su beneficio y para probar que ellos realmente le pertenecen. Dios utiliza a veces a los incrédulos para traer corrección a Su pueblo, y Él nos envía advertencias antes de aplicar sus juicios. Como cristianos, tenemos Su Palabra para guiarnos y advertirnos cuando nos desviamos de Su camino. Al igual que los profetas de la antigüedad, Su Palabra es confiable y siempre habla la verdad. La fidelidad de Dios para con Su pueblo jamás fallará, aún cuando nosotros lo hagamos.

Las historias de la viuda y del leproso son ejemplos para nosotros con respecto al Cuerpo de Cristo. Así como Elías tuvo misericordia de aquellos procedentes de los niveles más bajos de la sociedad, nosotros debemos darle la bienvenida a todos los que pertenecen a Cristo en nuestras iglesias. Dios no hace “acepción de personas” (Hechos 10:34) ni tampoco debemos hacerlo nosotros.


Libro 1 de Crónicas


El Rey David
Autor: El libro  1 de Crónicas no especifica el nombre de su autor. La tradición es que 1 y 2 de Crónicas fueron escritos por Esdras.

Fecha de su Escritura: El Libro 1 de Crónicas fue escrito probablemente entre el 450 y 425 a.C.

Propósito de la Escritura: Los Libros 1 y 2 de Crónicas en su mayor parte cubren casi la misma información que 1 y 2 de Samuel y 1 y 2 de Reyes. 1 y 2 de Crónicas se enfoca principalmente en el aspecto del sacerdocio de ese período de tiempo. El Libro 1 de Crónicas fue escrito después del exilio para ayudar a aquellos que regresaron a Israel, a entender la manera de adorar a Dios. La historia se centra en el reino del sur, las tribus de Judá, Benjamín y Leví. Estas tribus tendían a ser más fieles a Dios.

Versos Clave: 1 Crónicas 11:1-2 “Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: He aquí nosotros somos tu hueso y tu carne. También antes de ahora, mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel mi pueblo.”

1 Crónicas 21:13, “Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia. Ruego que yo caiga en la mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de hombres.”

1 Crónicas 29:11, “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.”

Breve Resumen: Los primeros 9 capítulos de 1 Crónicas están dedicados a listas y genealogías. Esporádicamente a través del resto del libro 1 de Crónicas encontramos más listas y genealogías. A la mitad del libro se registra la ascensión de David al trono y sus hechos posteriores. El libro concluye con Salomón, el hijo de David convertido en el rey de Israel. En resumen, el Libro  1 de Crónicas se divide en: Capítulos 1:1 - 9:23 – Genealogías selectas; Capítulos 9:24 – 12:40 – El ascenso de David; Capítulos 13:1 – 20:30 – El reinado de David.

Referencias Proféticas: En la canción de David de agradecimiento a Dios en 1 Crónicas 16:33, él se refiere al tiempo cuando Dios “viene a juzgar la tierra.” Esto prefiguró Mateo 25, donde Jesús describe el tiempo cuando Él vendrá a juzgar la tierra. A través de las parábolas de las diez vírgenes y los talentos, Él advierte a aquellos que se encuentren sin la sangre de Cristo cubriendo sus pecados, que serán echados “en las tinieblas de afuera.” Él exhorta a Su pueblo a estar preparado, porque cuando Él venga, separará en juicio a las ovejas de los cabritos.

Parte del Pacto Davídico con Dios, se reitera en el capítulo 17, referente al futuro Mesías, quien sería descendiente de David. Los versos 13-14 describen al Hijo quien será establecido en la casa de Dios y cuyo trono será firme para siempre. Esto solo puede referirse a Jesucristo.

Aplicación Práctica: Las genealogías como las que se encuentran en 1 de Crónicas pueden parecernos áridas, pero ellas nos recuerdan que Dios conoce a cada uno de Sus hijos personalmente, aún hasta el número de los cabellos de nuestra cabeza (Mateo 10:30). Puede confortarnos el hecho de que lo que somos y lo que hacemos, está escrito para siempre en la mente de Dios. Si pertenecemos a Cristo, nuestros nombres están escritos para siempre en el libro de la vida del Cordero (Apocalipsis 13:8).

Dios es fiel a Su pueblo y guarda Sus promesas. En el Libro 1 Crónicas, vemos el cumplimiento de la promesa de Dios a David cuando él es hecho rey sobre todo Israel (1 Crónicas 11:1-3). Podemos estar seguros de que Sus promesas para nosotros serán cumplidas también. Él ha prometido bendecir a aquellos que lo sigan, a quienes vengan a Jesucristo arrepentidos y a quienes obedezcan Su Palabra.

Obediencia trae bendición; desobediencia trae juicio. El Libro 1 Crónicas, así como 1 y 2 de Samuel y 1 y 2 de Reyes, es una crónica del patrón del pecado, arrepentimiento, perdón y restauración de la nación de Israel. Del mismo modo, Dios es paciente con nosotros y perdona nuestro pecado cuando venimos a Él con verdadero arrepentimiento (1 Juan 1:9). Podemos descansar en el hecho de que Él escucha nuestra oración de dolor, perdona nuestro pecado, restaura nuestra comunión con Él, y nos pone en el camino al gozo.


UNA HISTORIA CONTADA EN FACEBOOK SOBRE LA EXISTENCIA DE DIOS

Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta.
-¿Dios creó todo lo que existe?


Un estudiante contestó valiente:
-Sí, lo hizo.
-¿Dios creó todo?
-Sí señor, respondió el joven.

El profesor contestó, -Si Dios creó todo, entonces Dios hizo el mal, pues el mal existe y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo. El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe cristiana era un mito.

Otro estudiante levantó su mano y dijo:
-¿Puedo hacer una pregunta, profesor?
-Por supuesto, respondió el profesor.

El joven se puso de pie y preguntó:
-¿Profesor, existe el frío?
-¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?
El muchacho respondió: -De hecho, señor, el frío no existe.
Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.
 -Y, ¿existe la oscuridad?, continuó el estudiante.

El profesor respondió:
-Por supuesto.
El estudiante contestó:
-Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe.
La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio terminado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.

Finalmente, el joven preguntó al profesor:
-Señor, ¿existe el mal?
El profesor respondió:
-Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.
A lo que el estudiante respondió:
-El mal no existe, señor, o al menos no existe por si mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen como existen el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.

Entonces el profesor, después de asentir con la cabeza, se quedó callado.

El nombre del joven era: Albert Einstein

Libro 2 de Crónicas


Autor: El libro 2 de Crónicas no especifica el nombre de su autor. La tradición es que 1 y 2 de Crónicas fueron escritos por Esdras.

Fecha de su Escritura: El Libro  2 de Crónicas fue escrito probablemente entre el 450 y 425 a.C.

Propósito de la Escritura: Los Libros 1 y 2 de Crónicas cubren casi la misma información que 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes. Los Libros 1 y 2 de Crónicas se enfocan más en el aspecto del sacerdocio de ese período. El Libro de 2 de Crónicas es esencialmente una evaluación de la historia religiosa de la nación.

Versos Clave: 2 Crónicas 2:1 “Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre de Jehová, y casa para su reino.”

2 Crónicas 29:1-3 “Comenzó a reinar Ezequías siendo de veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén . El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó.”

2 Crónicas 36:14 “También todos los principales sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la iniquidad, siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalén.”

2 Crónicas 36:23 “Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha encargado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios sea con él, y suba.”

Breve Resumen: El Libro 2 Crónicas registra la historia del reino del sur de Judá, desde el reinado de Salomón hasta la conclusión del exilio babilónico. La decadencia de Judá es decepcionante, pero el énfasis enfoca en los reformistas espirituales, quienes celosamente buscaron volver al pueblo hacia Dios. Se dice poco de los malos reyes o de los fracasos de los buenos reyes; solo se enfatiza la bondad. Puesto que 2 Crónicas tiene una perspectiva sacerdotal, el reino del norte de Israel casi no es mencionado, debido su falsa adoración y su negativa a reconocer el Templo de Jerusalén. Segunda de Crónicas concluye con la destrucción final de Jerusalén y del Templo.

Referencias Proféticas: Al igual que todas las referencias a los reyes y templos en el Antiguo Testamento, vemos en ellos un reflejo del verdadero Rey de Reyes –Jesucristo – y del templo del Espíritu Santo – Su pueblo. Aún el mejor de los reyes de Israel tuvo los fracasos de todos los hombres pecadores y condujo erróneamente al pueblo. Pero cuando el Rey de Reyes venga a vivir y a reinar en la tierra en el milenio, Él mismo se establecerá en el trono sobre toda la tierra, como el legítimo heredero de David. Solo entonces, tendremos un Rey perfecto que reinará en justicia y santidad, acerca de lo que el mejor rey de Israel solo pudo soñar.

Similarmente, el gran templo construido por Salomón no fue diseñado para durar por siempre. Solo 150 años después, necesitaba ser reparado de la decadencia y deterioro por futuras generaciones quienes se habían vuelto a la idolatría (2 Reyes 12). Pero el templo del Espíritu Santo – en aquellos que pertenecen a Cristo – vivirá por siempre. Nosotros que pertenecemos a Jesús somos ese templo, no hecho de manos, sino por la voluntad de Dios. (Juan 1:12-13) El Espíritu que vive en nosotros, jamás se apartará de nosotros y un día nos entregará a salvo en las manos de Dios (Efesios 1:13; 4:30). Ningún templo terrenal tiene esa promesa.

Aplicación Práctica: El lector de Crónicas es invitado a evaluar cada generación del pasado y discernir porqué cada una fue bendecida por su obediencia o castigada por su maldad. Pero también debemos comparar la situación de estas generaciones con la nuestra. Tanto colectiva como individualmente. Si nosotros o nuestro país o nuestra iglesia está experimentando dificultades, es para nuestro beneficio comparar nuestras creencias y cómo actuamos basados en esas creencias, con las experiencias de los israelitas bajo el gobierno de varios reyes. Dios odia el pecado y no lo tolerará. Pero si las Crónicas nos enseñan algo, es que Dios desea perdonar y sanar a aquellos que humildemente oren y se arrepientan (1 Juan 1:9).

Si pudieras obtener de Dios cualquier cosa que desearas, ¿qué le pedirías? ¿Una fabulosa fortuna? ¿Una salud perfecta para ti y tus seres queridos? ¿El poder de la vida sobre la muerte? Increíble pensar en ello ¿no es así? Pero más increíble es que Dios le hizo esa oferta a Salomón, y él no eligió ninguna de esas cosas. Lo que él le pidió fue sabiduría y conocimiento para completar la obra que Dios le había asignado, y que la realizara correctamente. La lección para nosotros es que Dios nos a dado a cada uno de nosotros una comisión para cumplir, y la bendición más grande que podemos buscar de Dios, es la habilidad para llevar a cabo Su voluntad en nuestras vidas. Para ello, necesitamos “sabiduría de lo alto” (Santiago 3:17) para discernir Su voluntad, así como la comprensión y el conocimiento íntimo de Él, a fin de motivarnos para ser como Cristo, tanto en hechos como en actitud (Santiago 3:13).


Una Prueba Científica del Éxodo: Moisés cruzando el Mar Rojo

Libro de Esdras


Autor: El libro de Esdras no especifica el nombre de su autor. La tradición es que el profeta Esdras escribió el Libro de Esdras. Es interesante notar que una vez que Esdras aparece en escena en el capítulo 7, el autor cambia de escribir en tercera persona a primera persona. Esto también le concedería credibilidad a que Esdras fuera su autor.

Fecha de su Escritura: El Libro de Esdras probablemente fue escrito entre el 460 y 440 a.C.

Propósito de la Escritura: El Libro de Esdras está dedicado a los eventos ocurridos en la tierra de Israel durante el tiempo del regreso de la cautividad babilónica y los años subsecuentes, cubriendo un período de aproximadamente un siglo, comenzando en el 538 a.C. El énfasis en Esdras está en la reconstrucción del Templo. El libro contiene extensos registros genealógicos, principalmente con el propósito de establecer las reclamaciones al sacerdocio por parte de los descendientes de Aarón.

Versos Clave: Esdras 3:11 “Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová.”

Esdras 7:6 “este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.”

Breve Resumen: El Libro puede ser dividido como sigue: Capítulos 1-6 –El Primer Regreso bajo Zorobabel, y la Construcción del Segundo Templo. Capítulos 7-10 – El Ministerio de Esdras. Dado que había transcurrido más de medio siglo entre los capítulos 6 y 7, los personajes de la primera parte del libro ya habían muerto para el tiempo en que Esdras comenzó su ministerio en Jerusalén. Esdras es la persona más prominente en los Libros de Esdras y Nehemías. Ambos libros terminan con oraciones de confesión (Esdras 9; Nehemías 9) y una subsecuente separación de la gente de las prácticas pecaminosas en las que habían caído. Algún concepto de la naturaleza de los mensajes de ánimo de Hageo y Zacarías, quienes son presentados en esta narrativa (Esdras 5:1), pueden ser vistos en los libros proféticos que llevan sus nombres.

El Libro de Esdras cubre el regreso de la cautividad para reconstruir el Templo por el decreto de Artajerjes, el evento cubierto al principio del Libro de Nehemías. Hageo fue el principal profeta en los días de Esdras, y Zacarías fue el profeta en los días de Nehemías.

Referencias Proféticas: Vemos en el Libro de Esdras una continuación del tema bíblico del remanente. Siempre que llega el juicio o el desastre, Dios salva a un pequeño remanente para Él Mismo – Noé y su familia de la destrucción del diluvio; la familia de Lot de Sodoma y Gomorra; los 7000 profetas preservados en Israel, a pesar de la persecución de Acab y Jezabel. Cuando los israelitas padecieron la cautividad en Egipto, Dios libró a Su remanente y los llevó a la Tierra Prometida. Un promedio de cincuenta mil personas regresaron a la tierra de Judea en Esdras 2:64-67, y sin embargo, mientras se comparan ellos mismos con los números en Israel durante sus días de prosperidad bajo el rey David, su comentario es, “Somos dejados este día como un remanente.” El tema del remanente es llevado al Nuevo Testamento donde Pablo nos dice que “Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.” (Romanos 11:5). Aunque la mayoría de la gente en los días de Jesús lo rechazaron, permaneció un grupo de gente que Dios había reservado y preservado en Su Hijo, y en el pacto de Su gracia. Desde Jesucristo, a través de todas las generaciones, existe un remanente de fieles, cuyos pies están en el camino angosto que conduce a la vida eterna (Mateo 7:13-14). Este remanente será preservado a través del poder del Espíritu Santo, quien los ha sellado, y los entregará a salvo en el último día (2 Corintios 1:22; Efesios 4:30).

Aplicación Práctica: El Libro de Esdras es una crónica de esperanza y restauración. Para los cristianos cuya vida está cicatrizada por el pecado y la rebelión contra Dios, hay una gran esperanza en que nuestro Dios es un Dios de perdón, un Dios que no nos dará la espalda cuando lo busquemos quebrantados y arrepentidos (1 Juan 1:9). El regreso de los israelitas a Jerusalén y la reconstrucción del Templo se repiten en la vida de cada cristiano que regresa de la cautividad del pecado y la rebelión contra Dios, y Lo encuentra dándole una amorosa bienvenida a casa. Sin importar cuánto hayamos estado ausentes, Él está listo para perdonarnos y recibirnos de nuevo dentro de Su familia. Él está dispuesto a mostrarnos cómo reconstruir nuestras vidas y resucitar nuestros corazones, donde está el templo del Espíritu Santo. Al igual que en la reconstrucción del Templo en Jerusalén, Dios supervisa el trabajo de renovación y re-dedica nuestras vidas a Su servicio.

La oposición de los adversarios de Dios para la reconstrucción del templo, despliega un patrón que es típico de aquel que es el enemigo de nuestras almas. Satanás usa a aquellos que parecen estar en sincronización con los propósitos de Dios para retarnos e intentar frustrar los planes de Dios. Esdras 4:2 describe el discurso engañoso de aquellos que dicen adorar a Cristo, pero cuyo intención real es destruir, no construir. Debemos estar en guardia contra tales engañadores, responderles como lo hicieron los israelitas, y rehusar ser engañados por sus suaves palabras y falsas profesiones de fe.