Una vez que la existencia de Dios ha sido establecida, es lógico pensar que tal Creador-Dios quisiera comunicarse con su creación. La humanidad muestra evidencia de alta inteligencia, bondad, amabilidad, justicia y muchas otras características únicas. Es imposible para el Creador el ser inferior en cualquier manera a Su creación, Así que, alguna forma de comunicación personal entre el Creador inteligente y su creación Inteligente debería de esperarse. Sin comunicación de Dios, ¿cómo la humanidad alguna vez llegaría a saber, o apreciar, ciertos aspectos del Creador, o entender qué el Creador puede requerir de los seres humanos que Él ha hecho? Además, alguna forma de revelación del Creador sería necesaria para instruir a la humanidad en ciertas áreas, tales como las siguientes:
El Carácter de Dios.
Mientras que algo del poder de Dios y su sabiduría puede ser visto en la inmensa y maravillosa complejidad de la creación misma, una comunicación más concreta es requerida para explicar la naturaleza exacta de su carácter.
El Origen de la maldad.
Ya que la humanidad se encuentra a la deriva en un mar de maldad, dolor, y sufrimiento, eventualmente surgiría la pregunta: ¿Por qué? Esa es la razón por la cual el hombre necesitaba ser educado concerniente a la razón, o razones exactas de su angustia.
El Origen de la Humanidad.
Sin una revelación de Dios, los hombres pueden llegar a la conclusión de que ellos vinieron de “fuerzas accidentales de la naturaleza” en vez de un Creador Todopoderoso. La confusión de las teorías evolutivas del tiempo moderno es evidencia de esto.
El Propósito de la Humanidad.
El hombre—dejado a sus propias ideas—nunca entendería completamente el propósito de su creación. Sin un entendimiento real de su rol, o metas inmediatas o futuras, él vagaría sin objetivo en un mar de incertidumbre.
El Destino de la Humanidad.
Si no hubiera revelación divina, el hombre nunca supiera nada con certeza acerca de la vida después de ésta. Por ende, él puede concluir incorrectamente— como muchos lo han hecho en cada generación— que la vida aquí es todo lo que hay. Si Dios nunca hubiera comunicado a su creación acerca de la vida después de la muerte, la humanidad viviría en desesperación total y temor constante de morir.
Una revelación de Dios puede tomar casi cualquier forma. Dios pudo escoger comunicarse con su creación directamente, palabra por palabra, a través de mensajeros (como ángeles), o a través de sueños o visiones. O para ese fin, él pudo escoger cualquier manera que le conviniese. Históricamente hablando, ha habido dos diferentes tipos de revelación. La Revelación General (o natural) es la que designa la revelación que Dios ha provisto de sí mismo en la naturaleza (vea Romanos 1:20,21, Hechos 14:17, y Salmos 19:1). La Revelación Especial (o sobrenatural) es el nombre que designa a la revelación que Dios ha provisto en la Biblia.
La revelación general llega al hombre a través de la naturaleza. Los primeros seis versículos del Salmo 19 declaran que Dios ha dado una revelación de sí mismo en la naturaleza que constantemente testifica del Creador. En Romanos 1:20, Pablo declaró que “las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”.
Las Escrituras enseñan que la revelación general es universal. Nunca en la historia, Dios se ha dejado sin un testimonio de sí mismo (Hechos 14:17). La revelación general es universal tanto en alcance como en territorio. La gloria de Dios puede ser vista cuando quiera y donde quiera que un cuerpo celeste sea observado. Puede ser visto en el brillo de un esplendido arco iris de la tarde, o en las aguas dulces de un suave fluido de un riachuelo a través de la selva tropical. Aunque los hombres a menudo rechazan reconocer y aceptar la revelación de Dios mismo en la naturaleza, ésta sin embargo la sustenta.
Si Dios deseara asegurar resultados a largo plazo con respecto a su comunicación con la humanidad, Él podría hacerlo proveyendo una revelación que fuera tanto permanente como fácilmente accesible. Esto quiere decir que, esta revelación resistiría a la prueba del tiempo y podría ser pasada de generación a generación a través de la historia humana. Esto puede ser logrado produciendo la revelación en una forma escrita que podría ser copiada y distribuida de acuerdo a como se necesite, beneficiando así a toda la gente a lo largo de todas las edades.
Ahora, debemos hacernos la pregunta: ¿Existe alguna evidencia de que tal revelación le ha sido dada a la humanidad? Sí, existe. La evidencia claramente establece que Dios ha dado al hombre una revelación permanente, en forma escrita, en el libro conocido como “La Biblia”.
Nota: Tomado de Internet. Desconozco el autor. Si alguien conoce la autoria, favor publicarla. Gracias.